Morelia/Héctor Tapia
Frente a centenares de jóvenes “los cuernos del rock” o “the devil’s horns” figuraron en una lona negra de fondo y no sólo para escuchar rock sino también para escuchar sobre política. Política y rock, juntos, en un sólo espacio.
Carlos Torres Piña, aspirante a la candidatura al Senado por el Partido de la Revolución Democrática subió al templete, playera negra, jeans negros y botas cafés, dispuesto a un toquín que está por comenzar.
Quizá el referente más cercano en México ante esta mezcla es la del ex candidato al gobierno del Estado de México, Juan Zepeda, quien se popularizó con la seña de “los cuernos”, a la que se le sumaron en su momento la entonces dirigente nacional del PRD Alejandra Barrales, y luego en un spot de precampaña, Ricardo Anaya, improvisando rolas rocanroleras para llegar al sector de los jóvenes.
Sin embargo Torres Piña no toca instrumento alguno, aun así llega vestido de negro, dispuesto a roquear; se mezcla entre los chavos que acuden, llevan sus playeras que también tienen impresos los famosos cuernos que en su momento volvieron icónicos la banda de Black Sabbath y muchas más bandas de rock.
Por ahora es un proceso interno en el PRD para definir candidato al Senado, y aunque la determinación recaerá en los Consejeros Nacionales del partido (alrededor de 400 de todo el país), esto no evita que reúna al grupo de jóvenes perredistas simpatizantes con la corriente de Alternativa Democrática Nacional (ADN), y que le apoyan en su candidatura.
En un discurso breve, Carlos Torres Piña les habla sobre el papel de los jóvenes en la política y también sobre la oportunidad que estos tienen en sus manos al participar en la vida pública; mientras de fondo Voltex, el grupo de rock que tiene instalados los instrumentos y micrófonos, esperan el momento de entrar en acción.
En uno de los salones de la Hacienda San Agustín de la capital del estado los jóvenes se arremolinan, no caben, y una vez concluido el discurso del precandidato comienzan a sonar también las rolas de rock que inmediatamente les prenden el ánimo y les hace cantar.
Otro grupo de jóvenes se sale del salón, al igual que el precandidato que ya es entrevistado por la prensa, esperan el momento para tomarse desde la famosa selfie hasta la foto grupal. Adentro del salón la fiesta no disminuye, el rock no para.
«En este proceso electoral de los 3 millones 335 mil 913 ciudadanos que podrán votar en Michoacán alrededor de 978 mil 244 jóvenes electores tienen entre 18 y 29 años, y la música favorita de muchos de ellos es el rock, Torres Piña lo sabe, y aunque no toque algún instrumento espera el slam, donde dice que habrá de participar, aunque apenas sea el cierre de precampaña y esté en manos del Consejo Nacional definir este próximo 11 de febrero quién habrá de ser el candidato.
