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Imagen: Héctor Tapia
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Morelia/Héctor Tapia

Cuando llegó lo hizo apresurado, abriéndose paso para dar inicio a la instalación de la Comisión Interinstitucional para la Prevención de la Violencia y el Delito. Salvador Jara Guerrero, gobernador del estado llegó a paso acelerado, no dejó de saludar obligadamente a los asistentes.

La pregunta para el gobernador estaba fresca, era obligada y era sobre los bloqueos que vivía el estado para ese momento. Sólo había que esperar al final de la reunión.

Por un lado estaba el Secretario de Gobierno del estado, Jaime Esparza Cortina, al otro, Ana Lilia Ramírez Ortega, quien es la Secretaria Ejecutiva del Sistema Estatal de Seguridad Pública de Michoacán.

Sin embargo, de manera previa se veía entre los asistentes a varios de los que habían sido muy cercanos al ahora ex Comisionado para la Seguridad y Desarrollo Integral de Michoacán, Alfredo Castillo Cervantes.

Entre estos, estaba Carlos Hugo Castellanos Becerra, quien ocupó el cargo de la Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán, a la llegada de Castillo, y que ahora se encarga de la transición al Mando Único que propuso el gobierno federal. Charlaba con uno que otro funcionario que se encontraba en el evento.

Sentado, aparte, sumido en los papeles que tenía en un folder llevado por uno de sus asistentes, Wilfrido Lázaro Medina firmaba una serie de documentos que lo mantenían abstraído de su entorno.

Dio inicio y Salvador Jara Guerrero tomó protesta a Jaime Esparza Cortina, secretario de gobierno, como el que estaría al frente de dicha comisión, para coordinar los trabajos en materia de prevención del delito en el estado.

Tras la toma de protesta de Esparza Cortina, éste a su vez hizo lo mismo con Ana Lilia Ramírez ortega secretaria ejecutiva del sistema estatal de seguridad pública de Michoacán, quien le acompañará en el consejo.

Ambos emitieron breves discursos, y nada el gobernador. De cualquier forma aún faltaba la posibilidad de intentar la entrevista colectiva cuando estuviera de salida.

Al terminar la instalación del consejo, se pone de pie el gobernador y de forma inmediata los escoltas amurallaron el costado del mandatario michoacano. El mensaje, con esto, fue claro, aunque todavía sin palabras: no habrá entrevistas. Jara se abrió paso, la pregunta era obvia, él sabía también que la pregunta era obligada. Le abrieron paso al gobernador, no quiso, efectivamente, ser entrevistado.