La tercera llamada…

Imagen: Héctor Tapia
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Morelia/Héctor Tapia

Fueron por lo menos tres invitaciones a los asistentes para que tomaran asiento, apagaran sus celulares o los pusieran en modo “de vibrador”, porque el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, estaba por arribar a Palacio de Gobierno, y con esto dar inicio a la Evaluación del Plan Michoacán, de manera más concreta las acciones de la Comisión para la Seguridad de Michoacán que, hasta ayer, encabezó el mexiquense Alfredo Castillo Cervantes.

Mientras se hacía la invitación, afuera, en la Avenida Madero, un grupo de estudiantes normalistas gritaban consignas en contra del Estado por la desaparición de los 43 normalistas, caso que a casi cuatro meses no se ha esclarecido.

Fue hasta la tercera llamada en que los asistentes se pusieron de pie. Estaban entre estos, representantes de la iniciativa privada en el estado, el rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, legisladores, funcionarios del gobierno del estado e integrantes de lo que hasta ese momento era la Comisión para la Seguridad y Desarrollo Integral de Michoacán.

Se abrieron las puertas principales de Palacio de Gobierno y Osorio Chong entró acompañado por el gobernador del estado, Salvador Jara guerrero, y el mexiquense, Alfredo Castillo Cervantes, personaje por el cual se estaba llevando a cabo la evaluación.

Una vez en sus respectivos lugares, en una sala blanca que intentaba reflejar comodidad, sin tensión, el primero en tomar la palabra fue Salvador Jara Guerrero, quien, en tono reflexivo, hizo un planteamiento de las circunstancias que privaban en Michoacán antes de la intervención federal en el estado.

Enumeró una serie de casos de víctimas del crimen organizado de los cuales tuvo conocimiento durante el tiempo que estuvo al frente de la Rectoría de la Universidad Michoacana, cargo que ocupó hasta que fue llamado a asumir la gubernatura tras la renuncia del priista Fausto Vallejo.

Su intervención se basó fundamentalmente en hacer un reconocimiento, partiendo de la comparación, al trabajo realizado en Michoacán por parte del Comisionado.

El segundo en dirigirse a los invitados, una forma representativa de la sociedad michoacana, fue quien hasta ese momento era el comisionado para la seguridad, Alfredo Castillo, quien comenzó planteando las circunstancias en que se encontraba el estado en materia de seguridad.

Remarcó lo que ya había venido diciendo desde que había asumido la encomienda que le diera el presidente Enrique Peña Nieto: Michoacán estaba infiltrado por el crimen organizado en sus instituciones, llegando, incluso hasta “las más altas esferas” del gobierno del estado, en clara alusión a Jesús Reyna García, quien fue gobernador interino y secretario de gobierno de Fausto Vallejo Figueroa, y al hijo de éste último, Rodrigo Vallejo, quienes ya se encuentran presos enfrentando sus respectivos procesos judiciales.

La institucionalización de las autodefensas fue otro de los puntos relevantes que remarcó Castillo Cervantes en su discurso, “grupos civiles armados” les llamó. A estos, en discurso, reconoció su papel en la exigencia de la intervención del Estado para detener al Crimen Organizado, de manera más concreta a los integrantes de Los Caballeros Templarios. Fue parte de la evaluación que presentó. Desde aquí ya había un tono de agradecimiento-despedida de la comisión.

Osorio Chong entró a escena, y tras enumerar los logros que se obtuvieron en Michoacán por la intervención del gobierno federal, a solicitud misma del gobierno del estado, dejó caer la primera frase que sonó a reclamo, iba dirigida a la clase política, a los partidos, a los actores políticos, a los aspirantes, y que fue que ante los constantes cuestionamientos al comisionado y la presencia del mismo en la entidad, el presidente había tomado una decisión.

El patio central de Palacio de Gobierno, donde los asistentes estaban a la expectativa por el anticipado tono de justificación-despedida del comisionado, quedó en silencio por un momento, era cuestión de unas cuantas palabras, de unos cuantos segundos, y las sospechas se harían realidad.

El presidente decidió dar por terminado o concluido el ciclo de la comisión encabezada por Castillo Cervantes. Aquí Osorio Chong hizo in reconocimiento por el trabajo realizado  por el comisionado. Al finalizar su intervención una oleada de aplausos de los invitados fueron la despedida del ahora ex comisionado, quien sonrío, y recibió el abrazo del Secretario de Gobernación.

Al salir del Palacio de Gobierno ya no estaba la manifestación de los normalistas; sin embargo, a prisa, tanto el mandatario, como el secretario de gobernación y el comisionado partieron inmediatamente del lugar.