Morelia/ Juan Ignacio Salazar
El hombre, activa la aplicación con su celular y pide una unidad… A los minutos, arriba hasta las puertas de la Secretaría de Educación del Estado (SEE) una camioneta de la empresa UBER y la aborda.
El operador saluda y pregunta el destino.
“Al modulo del INE de avenida Periodismo”, responde el pasajero y luego se queda callado pese a los intentos de plática del operador que no sospecha lo que iba a pasar.
Al llegar al lugar le pregunta el cliente ¿cuánto es?
Y el chofer responde: “27 pesos”… pero de pronto la unidad es rodeada por cuatro sujetos que lo esperaban en el lugar, mientras el pasajero apaga la unidad, retira las llaves y las avienta al asiento de atrás…
El chofer abre la puerta para intentar bajar –pues pensaba que era un asalto-. “No te bajes” le pide la persona que le sujeta el volante desde la parte de afuera de la unidad.
El operador de UBER intenta hacer caso omiso y salir corriendo, y de pronto el tono de la petición cambia… ¡No te bajes cabrón, sube la pata! Y le avientan la portezuela.
El chofer, observa las llaves, las toma y trata de encender la unidad y arrancar aprovechando que no hay nadie arriba de la unidad, solo quien le sujeta el volante y otros que rodean el automóvil. Enciende el motor y trata de ponerse en marcha, aventando ligeramente a quienes desde abajo tratan de pararlo; pero de pronto un taxi se le atravesó y comienza la discusión…
“No provoques a nadie” le dice uno de los ahí presentes –todos taxistas-“nada te va a pasar”, mientras del lado del copiloto una persona se cuela por la ventanilla y vuelve a apagar la unidad y vuelve a echar las llaves al asiento de atrás.
De pronto, aparecen inspectores de la Comisión Coordinadora del Transporte Público de Michoacán (Cocotra), quienes se identifican y explican al chofer de UBER que lo van a infraccionar y retirarle la unidad.
“No estoy cometiendo ningún delito”, afirma, y entonces el responsable el funcionario le explica que para realizar el servicio debe contar con una concesión y placas especiales del servicio público y no solo con el permiso de UBER.
El chofer de UBER marca su celular a la central de la empresa y después de diez minutos de intentos le responde: “Se quieren llevar la unidad”…
¿Quién? pregunta el interlocutor al otro lado de la bocina; y este afirma: “Inspectores de la Cocotra”… y le dan la orden de cooperar, bajo la promesa de que al día siguiente recuperaría su unidad.
Primer” cazado”
Mientras integrantes de diversas organizaciones de taxistas encabezados por José Trinidad Martínez Pasalagua anunciaban que emprenderían un operativo para detectar UBER y entregarlos a la autoridad, suena el celular e informan de la primera detención.
A los minutos otra más, la segunda en la Central camionera de la ciudad, donde un grupo de taxistas esperaban a otra unidad abordada por los señuelos.
Ni tan barato
A decir de quienes conocen de tarifas por el servicio, la UBER estaría cobrando casi la misma cantidad de dinero que cobra un taxi, por ejemplo un vehículo de alquiler concesionado habría cobrado de la SEE al modulo del INE de avenida Periodismo apenas tres pesos más que una unidad solicitada por la aplicación.