Morelia/Constanza Orozco
Caía la noche y en Morelia, iniciaba la ceremonia de inauguración de la exposición “Poéticas de la Naturaleza” de la artista plástica Filomena R.C Grácio.
Para empezar, la autora dirigió unas palabras de bienvenida y agradecimiento a los invitados; compartió la motivación de este trabajo, minutos antes de cortar el listón inaugural de esta exposición en el que se muestra una diversidad tanto en técnica como en el diseño estético.
La sala número 3 del palacio clavijero, se inundó de visitantes que ansiaban la entrada desde la seis de la tarde. Zigzagueaban entre las vitrinas y estantes en las que se hallaban exhibidas las piezas pictóricas, leían las fichas informativas y comentaban tanto la forma como el fondo de cada una.
Como base de la serie se usó el libro de artista, que le permitió combinar maneras y técnicas del hacer plástico. Cada obra estaba llena da riqueza y provocaba un interés especial en el espectador.
La concurrencia, en su mayoría integrada por estudiantes y maestros de arte, recorrió la sala con insistencia. El diseño y técnica que la maestra Grácio usó en esta exposición provoca la sesión de dinamismo al romper con las formas tradicionales de composición.
La historia que nos cuenta esta exposición es por la vida, es rastro de un extinción, plasmó la vida y su agotamiento, también la nueva conciencia humana, la de este tiempo la de este ahora.
Fuera de la sala, acompañando la muestra, un dueto música integrado por voz guitarra y violín, mientras la tarde caía y los asistentes ya degustaban una copa de vino, algunos bocadillos elegantemente dispuestos para ellos en el patio principal de palacio clavijero.
Cada persona parecía no quererse ir, se saludan, se sonríen. Se toman fotos, se reencuentran ¿qué vieron en esta exposición? Al parecer encuentro de dos formas, la humana y ésa, la diminuta, la de pequeños insectos y plantas que no hacen el mayor ruido, pero que su extinción sería fatal para nuestra especie.
Filomena R.C Grácio le da presencia a este tema que a pesar de que suena mucho, tanto en las noticias de los periódicos y televisión, como en las fabulas infantiles que los niños escuchan en la escuela y sus casa antes de ir a dormir. Le da presencia a criaturas vivientes que la igual que nosotros, son ciudadanos del mundo.
Poco a poco el edificio se fue vaciando, así como llegaron, todos se fueron. Se quedaban muy pocos, el salón, sin gente, empezaba a enfriarse se podía escuchar el zumbido de las bombillas de luz que colgaban desde el techo, y estos pocos minutos después e pagaron y las puertas se cerraron. El silencio se apoderaba del lugar y cada uno de los rincones. Y las últimas voces se prolongaban con sus ecos.