Morelia/Héctor Tapia
Llegaron con sus sillas y mesas hasta las instalaciones del Ayuntamiento moreliano. En la calle Allende seguían transitando los vehículos con normalidad. De pronto, los estudiantes colocaron la primer “barricada” de butacas.
Los integrantes de Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez”, de las Casas de Estudiante Antorchista “Espartaco”, comenzaron a colocar las sillas y escritorios a lo largo de la calle, entre la Ignacio Rayón y la Calle Galeana; sólo era una cuadra. La protesta había comenzado.
Los automovilistas que quedaron con el paso cercado tuvieron que buscar vías alternas para poder escapar al embotellamiento vehicular que se estaba formando. Los checadores de las rutas de transporte que pasan por ahí tuvieron que moverse un poco y esperar a las combis en otras esquinas a las habituales, dado que las rutas se modificaron momentáneamente por el bloqueo.
En su protesta, los jóvenes estudiantes, unos 30 aproximadamente, sacaron unos libros y comenzaron a leer, otros tomaron un balón y comenzaron a jugar en la ya despejada calle sin autos, unos más, concentrados, jugaban ajedrez.
El bloqueo, que se realizó sólo por el viernes, fue para exigir una audiencia con el alcalde Wilfrido Lázaro Medina.
Desde hace dos años, cuenta Jesús Alanís, presidente de esta Casa de Estudiante, plantearon una serie de puntos para que se les ayudara a la casa de estudiantes. Les trajeron dando vueltas, todavía durante el año pasado estuvieron buscando se les atendiera.
Quienes les recibían eran puros secretarios, uno tras otro, sin solución ni propuestas para atender las solicitudes hechas por los estudiantes.
“No queremos dinero”, señala Jesús, “queremos que nos ayuden en especie”.
Lo que requieren son uniformes, y de más equipamiento para las mismas casas de estudiante, que ayudarían con instrumentos y uniformes a la banda de guerra, algunos aspectos también para actividades culturales y deportivas en las que están involucrados los estudiantes.
En las calles aledañas siguen circulando las rutas y particulares, evadiendo el bloqueo. Ellos, los estudiantes, ni se inmutan. Siguen leyendo o jugando entre ellos. La advertencia es clara, si no se les atiende emprenderán nuevamente las protestas la próxima semana.