«No soy católico, soy guadalupano…»

Foto: AFM
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Morelia/Redacción

El sitio Sin Embargo, publica un reportaje especial sobre la pasión por la Virgen de Guadalupe, de cuya aparición se celebra hoy el 484 aniversario, constituye un sentimiento que da identidad a los mexicanos, sean o no religiosos. A continuación, el texto íntegro:

Con una misa en el Vaticano celebrada por el Papa Francisco, se celebra el 484 aniversario de la aparición de la Virgen de Guadalupe, una circunstancia que el jefe de la iglesia católica aprovechará para anunciar su próximo viaje a nuestro país, cuya agenda definitiva aún se desconoce.

Jorge Bergoglio iniciará su viaje el 12 de febrero de 2016 con el vuelo a bordo de una aeronave de la línea Alitalia que unirá la estación “Leonardo Da Vinci” de Roma-Fiumicino con el aeropuerto de la ciudad de México, informó la agencia oficial Notimex.

El Papa hablará ante una multitud reunida en el zócalo capitalino, oficiará una misa en Ecatepec, Estado de México, tendrá un encuentro con personalidades de la cultura en el Auditorio Nacional y visitará San Cristóbal de las Casas y Tuxtla Gutiérrez, en Chiapas; Morelia, en Michoacán, y Ciudad Juárez, en Chihuahua.

El Papa, que considera que nuestro país ha sido castigado por tener en su suelo a la Virgen de Guadalupe, realiza así una apropiación católica de un símbolo que no es tan claro ni tan plano en la devoción de los habitantes de nuestra nación.

“No soy católico, pero soy guadalupano”, ha dicho en muchas oportunidades el guitarrista mexicano Carlos Santana, uno de los devotos más famosos de la Morena del Tepeyac y quien nunca deja de visitar la Basílica de Guadalupe cada vez que pisa su tierra natal.

Otro rockero devoto de la virgen es Álex Lora y para ella ha compuesto varias canciones, entre ellas la conocida “Virgen Morena”.

En México, donde la Conquista Española ha generado desde sus inicios un sincretismo expresado en cientos de deidades prehispánicas debajo de las figuras oficiales impuestas por la evangelización, no está nada claro que la devoción por la Guadalupe se corresponda con una filiación a la religión católica, no obstante lo cual son casi 80 millones los que profesan esa fe en México, segundo en la cantidad de católicos luego de Brasil.

Lo cierto es que la Virgen de Guadalupe es un símbolo de la Iglesia Católica (así, con mayúsculas) y es al mismo tiempo la expresión de un indigenismo sustancial en la figura de Juan Diego, aun cuando no han faltado en la historia algunos conspicuos personajes que han querido leer la historia de otra manera, tal como lo cuenta Alejandro Rosas en su monumental 365 días para conocer la historia de México.

Narra Rosas el sermón de Fray Servando de Mier el 12 de diciembre de 1794, en la Colegiata de Guadalupe, y que levantó el ardor y la polémica en el seno del catolicismo.

“Y SIN EMBARGO, NO ERA PARA TANTO. EN SU PERORATA NUNCA PUSO EN TELA DE JUICIO EL MILAGRO GUADALUPANO, NI SIQUIERA LA EXISTENCIA DE JUAN DIEGO, SIMPLEMENTE LO REFERÍA DE OTRO MODO, QUIZÁ DE UNA FORMA POCO ORTODOXA, PERO ESO SÍ, CON BUENA DOSIS DE MANIPULACIÓN HISTÓRICA”, CUENTA ROSAS.

Y cita: “La imagen de nuestra señora de Guadalupe no está pintada en la tilma de Juan Diego, sino en la capa de Santo Tomás apóstol de este reino. 1750 años antes del presente, la imagen de nuestra señora de Guadalupe ya era muy célebre y adorado por los indios ya cristianos en la cima de Tenayuca donde le erigió templo y colocó Santo Tomás”, afirmaba en su sermón el nombrado Fray Servando.

En 1996, el ya fallecido abad de la Basílica de Guadalupe, Guillermo Schulenburg Prado, quien fuera el encargado de la construcción del nuevo recinto mariano, fuen el centro de la polémica al poner en duda la existencia histórica de Juan Diego, quien finalmente fue canonizado por Juan Pablo II en su última visita al país.

Schulenburg desató una controversia cuando el 24 de mayo de 1996 puso en duda la existencia misma de Juan Diego y por ende las apariciones de la Virgen de Guadalupe en el Cerro del Tepeyac. Además, envió al Vaticano una carta en la que señalaba que pese a lo que se dice, la existencia del indio no ha quedado demostrada plenamente.

“La existencia del indio Juan Diego no ha sido demostrada, podríamos obtener muchas firmas de eclesiásticos preparados, así como de laicos intelectuales que avalan esta carta, pero no queremos provocar un inútil escándalo, simplemente queremos evitar que disminuya la credibilidad de nuestra Iglesia”, expresaba en la misiva.

Schulenburg declaró a la revista italiana 30 Giorni que la existencia de Juan Diego era “un símbolo y no una realidad”, y encendió los ánimos de la cúpula religiosa al asegurar que la imagen de la Virgen de Guadalupe era “producto de una mano indígena y no de un milagro”, afirmaba en lo que quizás podría ser el pensamiento íntimo y nunca manifestado públicamente de mucha de la cúpula católica.