Y, pese a todo, la presión bien.

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Morelia/Enrique Castro/Acueducto On line

Con un sol aplomo, la gente de las cercanías iba llegando, señoras con sombrillas y algunas hasta con la bolsa del mandado. La invitación estaba para que al medio día se inaugurará la Clínica Municipal Oriente Dr. José Pilar Ruiz Neri. Un toldo en la entrada de dicho lugar protegería del sol a los invitados.

Funcionarios municipales y personal médico que atenderá en el lugar comenzaban a sentarse en las sillas colocadas debajo del toldo en espera del presidente Municipal de Morelia, Alfonso Martínez, quien sería el encargado de inaugurar. Con “bombo y platillo” se anunciaba como la obra numero mil de su administración, la cual se ubica en una zona altamente poblada y alejada, en la conocida salida a Quiroga.

En la puerta principal se colocaron las sillas y comenzó el evento, los acalorados asistentes escucharon con interés los discursos ahí hechos, aunque los de las primeras filas con “más2 interés que los de las ultimas, alguno que otro ofrecía un bostezo. Algunos descansaban solamente de los rayos y del sol y algunas mujeres aprovechan para hablar de otras cosas.

Al término del evento oficial, los funcionarios se dispusieron frente a la puerta de “espejo” y se decidieron a cortar el listón, camarógrafos y fotógrafos se amontonaron para el suceso y a la voz de tres se inauguró con aplausos y una pequeña lluvia de papeles multicolores. Después, se realizó un recorrido por cada uno de los espacios de la clínica, la cual luce nueva y limpia, con paredes de un color blanco “real” y aparatos que los médicos presumían al Edil.

Se develó una placa primero, la cual durante el recorrido el presidente municipal aconsejó cambiar para colocar el nombre de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

Durante la muestra de consultorios y laboratorios, se probó a instrumentación básica; Paola Delgadillo, Presienta honoraria del DIF municipal, subió a una báscula y en tono de broma afirmo que “esta bascula no está bien calibrada”, los que estaban ahí rieron por el chiste. Después Martínez se tomó la presión arterial y resultó en optimas condiciones.

Por los pasillos se podían ver médicos y funcionarios, y aunque la puerta no estaba cerrada, la mayor parte de la gente beneficiada decidió irse terminando el evento. Así que mientras se hacia el recorrido inaugural de la obra numero mil de Martínez, los invitados se retiraron y el retiro de las sillas comenzó.