Y, la bola de fuego surcó…

Foto: ACG
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Morelia/Paco Durón

Histórica para el estado, para la capital michoacana, la celebración por primera vez de un encuentro nacional deportivo indígena, en una plaza Valladolid prácticamente tapizada de gente.

Gran parte del centro histórico fue cerrado para la realización de dicho evento por lo que la llegada al lugar ocurrió de forma peatonal, donde poco a poco los 18 contingentes se colocaron alrededor de la plaza Valladolid.

El evento comenzó de forma protocolaria, los honores a la bandera y el Himno Nacional que en esta ocasión se entonó en lengua Purépecha.

Para luego dar paso una representación del tradicional juego de pelota encendida el cual capto la atención de los presentes.

El juego comenzó con un rito a los distintos dioses, donde la única luminaria en el lugar era la pelota encendida, lo que permitía que al rodarla formara destellos de luz en el lugar, lo que ocasionaba la euforia de los presentes.

Los distintos contingentes comenzaron con los gritos y aplausos apoyando a los equipos que corrían de un lado de la plaza a otro hasta que por un instante la bola voló por lo cielos cayendo muy cerca de los espectadores lo que genero la ovación de los presentes quienes se sentían dentro de la disputa deportiva.

Los presentes disfrutaban de la disputa y los gritos no cesaban mientras los pequeños miraban con asombro el rodar de la bola de fuego.

Momentos después el gobernador del estado, Silvano Aureoles Conejo, saludo a cada uno de los contingentes de los distintos estados que se encontraban, haciendo un saludo personal a cada uno, también destacó la importancia de la pluriculturalidad con la que cuenta el estado y la importancia del deporte para el tejido social, para después dar por inaugurado el octavo Encuentro Nacional Deportivo Indígena.

Para concluir con dicha celebración se proyectaron dos video mapping los cuales estaban dedicadas a la celebración de noche muertos, una vez presentado el primero se despidió a los funcionarios tanto municipales, estatales y federales, mientras que los presentes se quedaban a disfrutar de una segunda proyección.