Morelia/Héctor Tapia
El tono inesperado y conciliador del mensaje de Martín García Avilés abrió la ya habitual rueda de prensa de los lunes en las instalaciones del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
“Sólo fue una turbulencia, un mal momento…”, dijo al referirse al exabrupto político que se dio a partir de que él exigió al Partido Acción Nacional (PAN) la candidatura por Uruapan y que amagó con abandonar la alianza electoral de “Por Michoacán Al Frente”.
García Avilés se hizo acompañar en la mesa por los integrantes del Comité Ejecutivo Estatal del PRD; casi todos, porque hizo falta Manuel López Meléndez, secretario general del partido.
El dirigente perredista forma parte de la corriente Foro Nuevo Sol, y el segundo al mando pertenece a la expresión Alternativa Democrática Nacional, y ambas corrientes protagonizaron una lucha encarnizada por candidaturas en el Consejo Nacional, principalmente en la candidatura al Senado de la República, donde los dos precandidatos que la buscaban son representantes de estas corrientes en el estado, Antonio García Conejo y Carlos Torres Piña, respectivamente.
La ausencia de la representación de ADN en la mesa del Comité Ejecutivo Estatal no pasó desapercibido, y mientras García Avilés se refería a la búsqueda de la recomposición de las relaciones con el PAN, en la mesa seguía haciendo falta López Meléndez.
En el PRD “no hay discursos banqueteros, hay intensidad, por la competencia de los espacios de poder público y por las candidaturas”, remarca Martín García, mientras la ausencia se hizo evidente.
