Una historia que leer…

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Morelia/Acueducto

En la página digital Purépecha aparecen crónica de los indígenas sobre cómo han vivido la noche de muertos en su región, de ellas resalta la de Javier Mellápeti Cuiriz, originario de Santa Fe de la Laguna, municipio de Quiroga, he aquí su historia:

Estando todo preparado por la Jarhuapekua de todos los familiares del difunto, se realiza el altar donde se colocanlos platillos, objetos, imágenes, etc. que le agradaban al difunto…

Por ejemplo, y además de lo antes mencionado, el plato principal la k’urhunda en sus diversas presentaciones, al igual que los dulces como la calabaza en tacha, el arroz con leche, la fruta en almíbar, atoles de sabores, los dulces de azucar y el famoso pan de muerto, entre otros muchos alimentos.

Las poblaciones antes calladas y tranquilas, cobran “vida”, se escucha música y se esta contento
porque las almas de los muertos regresan del más allá a convivir con sus familias o amigos…

Del Panteón a la Casa, el camino se marca con pétalos de zempaxuchil y algunas otras flores que indican a las ánimas el camino hacia el altar donde ellas se alimentarán con los manjares de la ofrenda. Hay quienes se quedan a “velar” a sus muertos en el cementerio, como en la afamada Isla d Janitzio y poblaciones de la rivera del Lago de Pátzcuaro y en donde las personas comparten esos momentos por toda la noche.

La celebración comienza el 31 d octubre al colocar las ofrendas destinadas a las almas de los niños,
ellos llegan a las 12 del día, y las campanas doblan 12 veces por “la venida d los niños”.

En esta ofrenda se colocan juguetes de barro: toritos, calaveritas, además d manzanas, pan,
tamales dulces, mandarinas, atole, guayabas… etc. Todo adornado con flores blancas y moradas, sin faltas con gran cantidad de flore amarillas del zempaxuchil.

Estas álmas, permanecen 24 horas en sus hogares y el 1o d noviembre se retiran las álmas…
En ese momento se modifica la ofrenda, se quitan los juguetes, los tamales dulces, las flores blancas etc. y se anuncia la llegada de las almas d los adultos, a los cuales de les ofrece licor, tamales d chile, además de mole, pulque, fruta, etc.

El día 2 de noviembre los habitantes del pueblo van al cementerio a despedir a sus familiares fallecidos y entre rezos veladoras y copal, les dicen adiós guiándolos con las ceras que llevan entre sus manos hacia el otro lado, al mas allá…

Por último, la ofrenda se consume entre amigos y parientes que participaron en la Jarhuapekua, dando fin a esta antigua celebración indígena incluso en el estado de Michoacán, México.