“Sin maíz, el pueblo se rebela…”

Cambio de Michoacán
Comparte

Morelia/Julieta Coria

Felipe Chávez Cervantes, ha lanzado un poderoso discurso en su lengua natal; el Purépecha, para que la gente sepa la importancia de los Usos y Costumbres de los Pueblos Originarios, específicamente en el pueblo de Comucho, donde hace 98 nació.

“Es importante conocer los usos y costumbres que se practican en las comunidades indígenas, con los usos y costumbres se pone en práctica los principios que nos rigen” dice con vos lenta, al término del homenaje que el INAH le otorga.

“Para que el que gobierna esté en paz necesita que el Pueblo no tenga hambre, necesita del maíz, del frijol, necesitan dar vestido y salud, pero, sobre todo; conocer la historia, la educación”.

Él mismo indígena, de profesión de abogado por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo lo llevó a encauzar trámites en tribunales agrarios para todavía, recuperar parte de lo que fue la invasión de San Juan a las tierras de su pueblo.
“Para que el pueblo no se rebele necesita el maíz” señala, haciendo referencia a las necesidades de los pueblos indígenas, que mediante los usos y costumbres debe conocer bien el gobernante, de lo contario “no puede gobernar”.

El hombre que ha traducido la Constitución de 1917 al idioma purépecha y su enorme compromiso con las causas de su pueblo, el rescate de la historia oral y escrita de los purépechas, al grado de que es autor de un Diccionario de la lengua michhuaque, entre otras muchas señala que “necesitamos vivir bien, sin desconfiar entre nosotros, porque los mexicanos, somos hermanos”.

En ese sentido destacó que se deben dejar a un lado las practicas europeas, que “solo han hechos enfrentarnos a nos nosotros mismos, nos han dividido hasta la actualidad, haciendo creer que hay un odio entre nosotros”

“Queremos que sepan nuestras costumbre de los pueblos; en todas las comunidades” relata con cierto tono de nostalgia que la gente de pueblo, la gente de todas las comunidades son solidarias, se ayudan entre sí “cuando tu visitas a alguien te alimentan, a los caballos les dan paja, les dan maíz, dan esas son nuestras costumbres…

Y, añadió, ahí no hay división, a todos los tratamos bien, aunque no los conozcan, los tratamos bien” señalo con voz cansada, pero valiente, como siempre, como hace años…

“Nos hizo daño tratar bien a los extranjeros, nosotros los tratamos bien y ellos nos trataron mal” por eso señala que los usos y costumbres deben de unir a los Pueblos, en lugar de dividirnos para que podamos defendernos en contra del hambre, pero, sobre todo, “que no entreguen a empresarios lo que es nuestro, como ya lo hicieron con la luz eléctrica…”