Relajado, quién sabe por qué…

Especial
Comparte

Morelia/ Héctor Tapia

Prácticamente recargado en una de las paredes del frente del Congreso del Estado está Roldán Álvarez Ayala, tranquilo, despreocupado, relajado –quién sabe por qué- bajo los rayos del sol de mediodía.

Trae esa actitud de alguien que espera algo o a alguien, y desde ahí a fuera del palacio legislativo, ve salir a los legisladores locales que acaban de terminar la sesión extraordinaria. Minutos antes deambuló dentro del Congreso. Con quién se reunió, no dice; sin embargo, tiempo después, está afuera, esperando.

Él está avalado por la Comisión Nacional de Morena para encabezar una de las candidaturas a diputado federal de Michoacán, por la vía de mayoría relativa; pero también hay sobre él acusaciones sobre presuntos nexos con el crimen organizado, está consignado en medios nacionales que existe una investigación en su contra.

Pero él, ahí está, en la Avenida Madero, tranquilo, viendo pasar a los transeúntes.
Roldán lleva camisa azul de manga larga, va desfajado y pantalón azul; literal, está relajado. Cuando menos no trae prisa.

Conforme salen los legisladores saluda a algunos, charlan por varios minutos y se retiran; quien permanece varios minutos con él, afuera del Congreso, a las puertas del palacio legislativo, es el diputado Juan Pablo Puebla Arévalo, ex perredista convertido a militante de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

Desde la banqueta, con el sol a cuestas, el tráfico intermitente rodea la charla que tiene con el legislador; charla que se extiende por más de 15 minutos, en plena calle.

Unos van y otros vienen; todos traen prisa. Pero ellos no se refugian, siguen charlando, mientras los diputados restantes que faltan por salir del palacio, apresurados siguen su ruta seguidos por sus asistentes que intentan seguirles el paso. Se van de largo.