Pedro, el inimaginable creador de catrinas

Foto: ACG
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Morelia/Acueducto/Wendy Rufino/ACG
Colores brillantes, patrones decorativos, detalles minuciosos, cara burlesca con grandes sombreros fue lo que llamó la atención de Pedro Torres Hernández cuando de niño caminaba por las calles de Capula conociendo a la Catrina, legado e inspiración del artista plástico Juan Torres, quién dio vida al gran personaje de José Guadalupe Posadas hace treinta años en esta tenencia de Morelia.

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Pedro Torres, tiene 35 años y lleva seis años aprendiendo el oficio de artesano a través de su maestro Alfredo Martínez Mata. Su principal labor ahora es dar vida a las Catrinas, las baña en pintura para luego comenzar a darles detalles, sombras y colores con sus pinceles.
El tiempo estimado para adornar a las Catrinas es de media hora hasta una hora dependiendo de los detalles, es difícil saber el tiempo mientras se está dando vida a cada personaje, menciona Pedro Torres mientras sumerge un cuerpo de Catrina en una tina de pintura morada, la cual saca en movimientos rápidos para posteriormente deja escurrir sobre periódico.

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Pedro se sienta en su banco y frente a docenas de catrinas de barro, agarra sus pinceles para comenzar a pintar por horas cada una de ellas, desde el color de los vestidos hasta los aretes y la división de los dientes, cada parte, todo debe tener un sentido.
La luz que entra en el taller por el día proviene de los tragaluces y la puerta de metal que da a la calle. El bullicio, el saludo de los vecinos y el juego de los niños es el único contacto con la realidad, mientras el diseña los patrones que adornarán las catrinas con suma concentración.

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Pedro creció mirando a artesanos diseñando lozas, alfarería punteada y catrinas de barro. Nunca imaginó que sería un artesano que da viveza a las Catrinas que veía de niño. Ahora sabe que el oficio de artesano es un trabajo minucioso y disciplinado del que aún considera le falta aprender.
Una Catrina monumental ataviada de lozas de colores, estira sus manos hacia los visitantes a la entrada de Capula, es una invitación al recorrido de diversos talleres de artesanos. Justo terminando el tramo de carretera, a un lado de una jardinera con dos catrinas se encuentra el taller donde labora Pedro Torres.