Con el fin de abonar al empoderamiento económico de las michoacanas, el programa “Palabra de Mujer” ha entregado más de 81 mil créditos a 41 mil beneficiadas, por lo que en los tres años de gobierno, se ha generado una derrama económica cercana a los 490 millones de pesos.
El programa, que trabajan en conjunto la Secretaría de Igualdad Sustantiva y Desarrollo de las Mujeres Michoacanas (Seimujer), el Sistema Integral de Financiamiento para el Desarrollo de Michoacán (Sí Financia), y los ayuntamientos, contribuye a disminuir el empleo informal entre las mujeres, según revelan cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI), hecho que ocurre por primera vez en una década.
Es así que, con acciones firmes para que Michoacán logre mejores niveles de bienestar y desarrollo, a mitad del camino, el objetivo de este programa, -baluarte del gobierno de Aureoles Conejo por los beneficios que representa para las mujeres beneficiadas-, se consolida y abre nuevos caminos de distribución de recursos.
En el marco del Tercer Informe de Gobierno del mandatario michoacano, la titular de la Seimujer, Nuria Gabriela Hernández Abarca, afirmó que “Palabra de Mujer” representa la mayor inversión que haya hecho una administración estatal en un programa dirigido a las mujeres.
La responsable de las políticas en pro de las mujeres, asentó que lograr el empoderamiento económico de las michoacanas permite que ganen autonomía financiera para salir del círculo de la violencia.
El programa ha logrado una cobertura en el 90 por ciento de los municipios del estado y el 100 por ciento de las comunidades indígenas; ofrece préstamos desde los mil y hasta los 30 mil pesos, que se otorgan a mujeres de forma individual o aquellas que formen grupos solidarios integrados como mínimo de 12 y máximo 40 integrantes, así como a organizaciones legalmente constituidas, integradas exclusivamente por mujeres.
Palabra de Mujer, en números:
· El 74% de los créditos entregados, han sido para mujeres que formaron su grupo solidario
· 52 de cada 100 beneficiarias son jefas de familias, con una dependencia económica de entre 2 a 4 personas; en su mayoría, menores de edad y adultos mayores
· El 100% de las regiones indígenas han sido atendidas
· 30 de cada 100 beneficiarias tienen menos de 28 años
