Otro día de Silvano (Fotogalería)

Imagen: Héctor Tapia
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Morelia/Héctor Tapia

El Palacio Legislativo, cuando menos el patio, se convirtió en un certamen de aplausos, porras y vítores para los legisladores perredistas que presentaron su informe legislativo. Lo hizo toda la bancada.

De manera preliminar, los legisladores que esperaban el momento de sentarse frente a los invitados, daban entrevistas.

Al lugar llegaron diputados federales, legisladores de otras bancadas que acudieron como invitados, como Salvador Galván Infante del PRI. También estuvo al frente Sarbelio Molina Velez, presidente de la Mesa Directiva del legislativo Michoacano.

Por un lado la diputada Cristina Ayala Portillo, de representación proporcional, o plurinominal, charlaba con el diputado federal, también perredista, Armando Contreras Cevallos.

Llegó al Palacio Legislativo el presidente de la Cámara de Diputados federal, y además candidato del PRD al gobierno del estado, Silvano Aureoles Conejo. Aquí comenzaron las porras de un público eminentemente perredista.

Aureoles Conejo se sentó a un lado del Secretario de Gobierno de Michoacán, Jaime Esparza, con quien dialogó, sonriente, ameno, y hasta se podría decir que de forma fraterna, durante la presentación del informe.

El patio del Congreso del Estado se llenó, principalmente por personas que venían en grupo en apoyo a cada uno de sus diputados.

Al frente se sentaron Armando Hurtado Arévalo, quien es coordinador de la bancada, Cristina Portillo, Elías Ibarra Torres, Erik Juárez, Fidel Calderón Torreblanca, Francisco Bolaños Carmona, José Eleazar Aparicio Tercero, Leonardo Guzmán Mares y Silvia Estrada Esquivel.

Quien dio las palabras de bienvenida fue el diputado por Pátzcuaro, Eleazar Aparicio, quien no dejó pasar la ocasión y remarcar que aunque ha habido mejoras en el tema de la seguridad, es un tema que no está resuelto.

Posterior a esto, se presentó un video grupal, casi corporativo, de la bancada perredista, que se encontraban atentos al mismo.

Conforme iba apareciendo cada uno de los diputados, un grupo distinto de personas, ubicados o distribuidos en el patio, iba gritando y coreando los nombres, echando porras a su diputado.

Al término del informe legislativo, cada diputado se fue acercando a sus grupos de apoyo, donde nuevamente estos les mostraban su apoyo.

En cada rincón del patio del palacio se escuchaban los nombres, al mismo tiempo, como si fuera certamen o concurso de porras. Nadie se quería quedar atrás. Nadie.