“¡Ni olvido ni perdón!”

Foto: Samuel Ponce
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Morelia/Julieta Coria

Con las manos quietas sobre sus manos y el alma hasta el cielo, fijaba su mirada sin punto fijo, sobre sus invitados. Su pequeña casa simulaba un entorno familiar repleto de fotografías en medio de un cálido ambiente.

Muy lejos de la ciudad, en un sinfín de departamentos idénticos, con colores tenues eran reflejo de vida, de esperanza, un símbolo, de sobrevivencia en medio de un crecimiento a las orillas de Morelia.

Víctima de los actos terroristas del 15 de septiembre Marisela García, abre las puertas a su refugio interior, en medio de un clima frío, donde poco a poco salía el sol, en medio de un silencio relajante.

Foto: Samuel Ponce

Marisela, es una mujer de tímida sonrisa, que ha dicho tajantemente “No perdonaría a los que hicieron eso…”

Ella habla de su tragedia, como una historia más, su tono de voz es bajo, de pronto se eleva a un ambiente de calma, el movimiento de sus manos era estático no había mucha sintonía con sus palabras, sus ojos no brillan, hay tristeza en su hablar “yo no los perdonaría porque nadie repara el daño y menos con un perdón nadie va a regresar la vidas que se perdieron, nos cambiaron la vida totalmente a todos”.

“He sentido mucho coraje mucha impotencia, al verdad yo siento que no soy nadie para juzgar ni perdonar pero para mí quien hizo eso se merecía lo peor, no se compara la dimensión de lo que hicieron con haberles mandado a la cárcel para mí no tienen perdón”.

En la casa,  su hija menor, juega con una sucia muñeca al lado de su mamá, no se le despega en ningún momento, tal vez no entiende lo que se platica, tal vez no sabe el dolor de su mamá, pero no la deja sola, tal vez sea una forma de “decir estoy contigo mamá”.

Marisela se encuentra en medio de sus dos hijas, es doloroso hablar lo que ocurrió “no lo hemos superado, duele mucho, pero duela más saber que solo se acuerdan de nosotros cada año, en el mes de septiembre”.

Foto: Samuel Ponce

Continúa contando cómo quién lo ha perdido todo, a sus 34 años de edad, aún no logra entender por qué le pasó “¿Por qué siempre nomas cada año y no están al pendiente el resto del año?”

“Nadie nos pregunta por ejemplo, si cada enero nos siguen dando medicamento ya les resolvieron tal estudio” sentir de vez es cuanto que son impirtantes, el reclamo.

Pareciera no importar el sentir, dice con tristeza “los medios solo dan la noticia un septiembre y se olvidan”.

Así, Marisela, muestra que, como víctima, piensa que el camino por recorrer es apenas el comienzo, han pasado diez años y nada pasa, nada mejora, sabe bien que más allá de buscar un pensión, ayuda con los medicamentos, apoyo psicológico y unión familiar, “tal vez saber quién lo hizo y que reciba su castigo ayudaría para estar más tranquila, solo tal vez…”