“Hay que hablarles bonito…”

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Capula/Julieta Coria

Tomasa Reyes tiene más de 20 años elaborando catrinas de barro en la tenencia de Capula, a sus 62 años piensa que la muerte se ve reflejada en la figura de la catrina, que “simboliza noche de muertos, la burla de la muerte principalmente”.

Tomasa aprendió la elaboración de la figura de la catrina y otras figuras de su familia, a los 15 años, recuerda que tras concluir sus estudios de la primaria empezó con la curiosidad, empezaba a hacer figuritas y dibujar con acuarelas, fue hasta que se casó con otro artesano que aprendió la técnica, “también fue un poquito el amor” dice con una ligera sonrisa.

“Hacer catrinas es bien bonito, se necesita un poco de tiempo y muchas ganas de hacerlo, porque realmente es muy sencillo” cuenta Tomasa, platica con mucha naturalidad como todo inicia desde que compran el barro, luego lo harnean, hacen la mezcla y luego afinan las figuras que cobran vida ya en el horno.

“Primero se moldea, se hace la base, se deja hornera por un día, luego se deja enfriar otro dia, luego se arregla con los adornos manualmente, la pintura vegetal,” y así va saliendo dice. “Yo aprendí hace más de 22 años que aprendí “de tan solo ver”.

Una semana, es el tiempo completo que lleva, dice, así con una expresión de satisfacción.

Pero la técnica ya perfeccionada, la aprendió de maestro Juan Torres Calderón —residente del lugar, todavía en activo— realizó las primeras figuras en barro. Torres, quien también incursiona en la pintura, ha dicho que las catrinas recuerdan a las mujeres del Porfiriato, vestidas a la última moda francesa.

 Y gustosa recuerda que con él se inició todo; la tradición de las catrinas en Capula empezó hace más de cuatro décadas, “con él merito” dice.

Tomasa tiene diez hijos, la mayoría de ellos también continúan con el proceso y la elaboración de figuras “ellos tienen más estudios y todos hacen lo mismo” pero hay cosas que la entristecen, cuanta como ha bajado las ventas; en general la economía es baja y ya casi no venden, dice.

“Antes de vendía más que ahora, antes comprábamos camionetas de barro, ahora unos cuantos sacos nada más. Yo creo que falta publicidad, que se anuncien con más tiempo y que la gente también “siga queriendo sus tradiciones, ahora el internet los distrae mucho y ya si compran, es solo para algún recuerditos, pero nada más”.

Hoy en la Feria de la Catrina en la tenencia de Capula lleva siete años consecutivos, “espero que haya mucha vente y la gente les guste mis catrininistas que las hago con mucho cariños, de verdad, a veces le cuentos cosas mientras las voy armando, porque hay que hablarles bonito para que se pongan bien bonitas y me den una buena venta”.