Crónica. Y, los vecinos espetaron al alcalde…

Foto: Gerardo Pérez
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Morelia/Julieta Coria

Un fugaz e efectivo recorrido fue el realizado por el presidente municipal Raúl Morón Orozco y su equipo de trabajo, que en un par de camionetas bien blindadas pasearon sobre la nueva y polémica del Ramal de Camelinas, para observar la vialidad y ver a detalle las observaciones, por supuesto.

Es una mañana calurosa y despejada que pudo hacer visible con toda claridad detalle a detalle la carretera y sus alrededores, sobre los dos túneles de 750 y 405 metros no había maquinarias y hombres trabajando, una obra ya lista para utilizarse, solo algunos pequeños deslaves, alcantarillas tapadas, un montón de piedras, pero nada más.

El viaje duró ni diez minutos, cuando el hombre que encabeza el municipio de Morelia, bajó de su poderoso vehicula con su sequito de hombres y mujeres detrás, para de inmediato agradecer y a los Ingenieros presentes el recorrido y la explicación. De inmediato se acerca a la prensa y señala que la obra tiene varias observaciones.

“Primero hay que escuchar a los vecinos, antes de recibir la obra se deben atender las observaciones, debe recibirse en un ambiente de armonía de tranquilidad, pero sobre todo de certidumbre” decía.

Poco a poco se acercaba un grupo de vecinos, se les ve inquietos, cargaban en mano paraguas, sombreros, gorras para protegerse del sol, y un ‘bonche’ de documentos cada uno.

Interrumpen el encuentro con medios, para exigir sus demandas, encabeza una mujer fuerte voz “no votamos por ti para que se haga una distribución como la que estás diciendo” dice a todo pulmón,  “votamos por ti para que se hagan las cosas diferentes, votamos para se hagan las cosas en este pueblo que se están castigando con todas su casas cuarteadas, votamos por ti Morón para que sé que se hagan las cosas diferentes” el reclamo latente no cesaba.

“Tranquila, tranquila, ahorita nos vamos a sentar con los vecinos” decía el presidente municipal, sin perder los estribos, ante la provocación.

Luego, firma un documento y se dirige, con otro grupo de colonos con las mismas demandas. Raúl Morón se le nota acalorado, el sol cala, el sudor aparece en su rostro, camina por algunos minutos para encontrarse, con quienes lo esperan desde la hora acordada.

EL tumulto vecinal lo invade, los paraguas los resguardan un poco de los rayos del sol. “Vengo a escucharlos, a reunirme con ustedes porque sé que hay molestia con la obra que está apunto de entregarse por parte del gobierno estatal…”

Y así iniciaba una reunión con vecinos molestos, debajo de los intensos rayos del sol, unos demandan servicios públicos, otros piden no recibir la obra del Camelinas, otros piden apoyos, en la discusión sube y baja de tonos, poco a poco el presidente municipal, escucha con serenidad, atiende sus necesidades “¿Qué más, que más?” como enlistando una serie de pendientes…

“Seguridad, calles, vialidades, construcciones, drenajes, inundaciones de túneles, pero sobre todo las afectaciones a las casas…” la mayor demanda.