Morelia/Redacción
Este jueves se realizó la protesta #DayWithoutImmigrants, donde miles de inmigrantes en Estados Unidos faltaron a sus trabajos, a las escuelas y cesaron sus compras de gasolina y víveres en centros comerciales.
En diferentes puntos a lo largo de Estados Unidos, se registró el cierre de restaurantes, negocios, etc., algunos dueños de las empresas aseguraron pagar a los empleados el día, sin embargo, también se registraon “consecuencias” para los empleados y alumnos que no asistieran.
En Washington, al menos 115 establecimientos restauranteros cerraron sus puertas, dando el apoyo a sus chefs y staff hispanos, el cual representa en algunos casos, el 99%; en las ciudades de Boston, Filadelfia y Los Angeles los hispanos tampoco tomaron el transporte público.
“Es una protesta de ausencia, no de presencia. Algo puede tener tanto o más impacto que una marcha al uso”, explicó el profesor de Sociología de la Universidad Americana, Ernesto Castañeda.
En Mount Pleasant, un barrio hispano en Washington reinó el silencio, excepto en una centro comunitario llamado “La Casa”, donde se dieron cita cientos de inmigrantes para conocer sus derechos en caso de ser detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en las mencionadas “redadas” que el gobierno de Trump supuestamente “no ha iniciado”.
Se registró el cierre de al menos dos escuelas biligües en Washington, mientras en Los Angeles, los profesores pidieron a los padres llevar a sus hijos para no colpasar todo el sistema educativo; así como el cierre de casi la totalidad de restaurantes propiedad de José Andrés y que son famosos en la capital estadounidense.
Aunque, en redes sociales se hizo viral una nota “amenazadora” para los empleados que decidieran faltar al trabajo en la famosa cadena de restaurantes Chuy’s, en Texas; a pesar que se retiró y que la empresa asegura no fueron ellos quienes colocaron el letrero, desconocen el autor y aseguran que a los empleados se les permitió faltar al trabajo.
Esta protesta “de ausencia” es contra la postura del mandatario contra los inmigrantes y sus decididos ataques a la comunidad hispana, además de la decisión sobre retirar los fondos a las ciudades santuario que se nieguen a cooperar con sus políticas migratorias y su “injuriosa” y “ofensiva” propuesta del muro fronterizo.
En Filadelfia, el alcalde Jim Kenney afirmó que no apoyará a las autoridades con la deportación, además de prometer mantener su estatus como “Ciudad Santuario”, postura que también tomó el alcalde de California, quien aseguró proteger a sus ciudadanos.
Cabe mencionar que esta protesta no convocó únicamente a hispanos o latinos, sino abarcaba a toda la sociedad inmigrante en Estados Unidos, desde Argentina hasta Japón, pasando por los países árabes.
