Comparte

Morelia/Vianey J. Cervantes

Las instalaciones de la Escuela Nacional de Educación Superior (ENES) se encontraban llenas de vida; pequeños y grandes corrían de un lado a otro con pequeños filtros rectangulares en las manos para ver el eclipse solar, el primero desde 1991.

Entre los muchos (quizás cientos) de asistentes, se encontraban investigadores, profesores y catedráticos. Dos de ellos, pertenecientes al Instituto de Radioastronomía y Astrofísica del campus de la Universidad Nacional Autónoma de México Campus Morelia.

Se trata de Jesús Toalá y Roberto Galván, ambos investigadores; el primero enfocado en estudiar el cómo mueren las estrellas, “lo que hacen las estrellas antes de morir”; mientras que Galván estudia cómo se forman las estrellas, formando una ambivalencia estelar.

“Lo que estamos viendo es un eclipse solar parcial, entonces es la luna ponerse frente al sol, o tapa un poquito al sol, que en esta parte de México no alcanza a oscurecer”, dijo el investigador Jesús Toalá, quien recordó que en Estados Unidos la luna cubriría al sol en su totalidad, trayendo la noche al mediodía.

Su compañero, Roberto Galván, realizó entonces una demostración, donde colocó a Jesús Toalá como el Sol, a él como la luna y a mí como la Tierra, “yo estoy más cerca de ti, entonces no te dejo verlo completo”.

“Es muy bonito que la gente está afuera frente a un fenómeno astronómico, en lugar de inventar supersticiones y creerlas, que es muy ridículo”. Entre las muchas creencias, se encuentra, en primer lugar, el supuesto de que una mujer embarazada debe ponerse un listón rojo para evitar deformidades, o incluso darían a luz a “bebés brujos”.

“Lo más importante es entender que no es nada peligroso, no es nada más que la luna tapando al sol desde nuestro punto de visión- dice Roberto- aunque le quite el misterio, el romanticismo y la magia”, en este punto, ambos investigadores coinciden e incluso finaliza uno la frase del otro.

Recordamos que el último eclipse ocurrió en 1991; “Lo que pasa es que fue un eclipse total; aquí en México, desde el ’91, este ha sido el más completo”; aunque se han dado más eclipses en todo el mundo, totales y parciales, dependiendo “de donde lo mires”, dicen entre risas y con jovialidad, “habrá otro en el 2023, me parece; incluso se pueden prevenir, son cíclicos, los mayas predecían eclipses”, explicó Jesús.

“En los siguientes 20 años habrá quince o veinte”; pero tristemente muchos serán en zonas donde nadie los puede ver, como “en el océano, porque el agua es más abundante en superficie que la tierra”, finalizaron, antes de continuar prestando sus filtros a los morelianos y extranjeros que acudieron y mirar ellos mismos, el fenómeno que encantó a los morelianos, dándole un toque especial al inicio de semana y al inicio de clases.