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Enrique Castro/Aquila

A un costado de la playa, en Ixtapilla, un altar recuerda la memoria de Hidilberto Reyes, niño de 12 años muerto por una bala “del ejército mexicano”. Se cumplió su segundo aniversario luctuoso y su familia organizó los rezos que incluyeron comida, danzas y música. La tristeza era el principal motor, así como la exigencia de justicia por la vida truncada de un pequeño que solo estuvo en el momento equivocado en el lugar incorrecto.