“Por la morenita”

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Enrique Castro/Acueducto Online

Un mar de peregrinos llenó de fe las principales calles del centro histórico, así como el Santuario a la Virgen de Guadalupe y sus alrededores. Miles de caras con rostros distintos. Unos llevan felicidad, otros dolor y angustia, y uno que otro más indiferencia o lágrimas. Sin embargo, no todo es fiesta como se vive en la plaza, adentro la fiesta es interna, ya que al llegar al altar los sentimientos de los feligreses brotan y sus rostros se humedecen. La cantidad de personas que entran hace que el momento sea casi instantáneo, así que un rezo, una oración y hacia fuera.