“Me gusta más picarla…”, subraya chiveado

IMAGEN: ENRIQUE CASTRO
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Morelia/Enrique Castro/acueductoonline

Al inicio de la Calzada popularmente llamada de San Diego, un puesto grande tiene amontonadas las verdes cañas, en la parte de atrás se corta a marchas forzada.
El puesto es de la familia García Villanueva, cuyos integrantes sonríen al ver que les toman fotografías, un poco chiveados y otro poco pensando en que no se peinaron.
El jefe de familia, platica de forma rápida que lleva casi 40 años en el negocio, primero ayudándole a su mamá:


“Yo le ayudaba a mi mamá, van como 40 años; lo que pasa es que ya es tradición esto en la familia García Villanueva, somos de Morelia y, ahora, yo empiezo con la mía…”.
Sin descuidar la labor de corte de caña, charla y observa a su hija más pequeña quien hace lo mismo, otro la pica y una más la prepara y vende, como es tradición en los días previos al 12 de diciembre. La forma de venta es caña picada con limón, salsas y sal en una bolsa.
“Pruébela joven; es riquísima”, dice una vendedora a los que ahí pasan, unos voltean, otros no y otros compran. El ruido del picar caña en la madera es algo ya referencial en el lugar.
Sobre las ventas platica: “ahora el negocio está más o menos, casi todos esperamos estos tiempos. Durante todo el año hago lo mismo, soy comerciante, me gusta”.


Se le cuestiona sobre los pros y contras de la venta de caña: “Lo bueno es que sirve hasta para despejarte, Lo malo es cuando te cortas. Aquí la receta especial es el trato a la clientela, y como se prepara el producto, antes era natural, ahora con chile chamoy, de sabores, se le invierte más”
Un respiro y se termina de cortar caña; ahí, el más peque, algo cansado, pero feliz de ayudar, responde de manera monosilábica sobre su labor, “bien; me gusta venir, me gusta más picar caña; sí, quiero seguir…”, subraya con una sonrisa chiveada y nerviosa.