Editorial. Normalistas, del dicho al hecho

ACG
Comparte

Morelia/Samuel Ponce

1.- El caso vandálico de los normalistas, suscitado este fin de semana, en el centro histórico de Morelia, ilustra un doble discurso, en donde, en ambos casos, el fin justifica los medios y en los primeros se pasa de victimarios a víctimas y en el segundo se habla de mesura más que de incapacidad negligencia y/o complicidad.

2.- En una de sus últimas manifestaciones, aparte de retener autobuses, los normalistas pintarrajearon fachadas de edificios coloniales, considerados patrimonio de la humanidad, en forma cobarde, al hacerlo encapuchados, en “manada” y en forma amenazante a quien se oponga, y todavía tienen el descaro de pedir que no se les criminaliza.

3.- Las imágenes siguen siendo evidentes: los normalistas anarquistas pintarrajeando la cantera rosa y unos policías a la expectativa, aunque no lo estuvieron tanto para evitar se hiciera los mismo con la fachada del Palacio de Gobierno y, posteriormente, menos con las instalaciones de Barandilla, pero el discurso oficial dice que nada por encima de la ley.