Y, sí, volvería a tomar la Universidad…

Foto: Julieta Coria
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Morelia/Julieta Coria

Senorino Cruz Esparza, a sus veinte años de edad,  recuerda con gran precisión, lo ocurrido aquél 9 de marzo del 2106, dónde  fue parte de una toma, de dos meses, en las instalaciones de la Universidad Michoacana.

 

“Fue el Consejo Universitario Nicolaita, el que avaló la expulsión mis compañeros en la toma, luego hicimos un convenio para reincorporarnos en un año y no lo quieren cumplir” señala el joven tímido , que tomó la Universidad por dos meses.

 

Estudiante de la Facultad de Enfermería, considera que fue una social justa, que logró grandes cosas, “yo considero que como Universidad Pública, hay muchas opciones de ingresar pero no los aceptan y es dicen que son rechazados por que no pasar el examen”.

 

Como integrante de la casa de estudiante nicolita, Senorino recuerda que la lucha era general, todos coincidían que “era una demanda justa”. El al igual que sus compañeros estuvo desde el inició de la toma pese a que él sí logró ingresar.

 

Recuerdo que había unión, todos estábamos ahí exigiendo que todos pudieran ingresar, yo sabía que no iban entrar todos, pero si un grupo considerable, que no perdieran pues su derecho a estudiar”.

 

Para Severino no fue fácil permanecer en la toma, “la gente y los estudiantes nos decían cosas, nos aventaban objetos, hubo muchos destrozos pero fue porque los mismos estudiantes nos provocaban, a fuerzas nos querían sacar”.

 

Senorino considera que son prejuicios de la sociedad, “los que nos tachan de vandálicos o delincuentes, porque no saben cómo es vivir dentro de un casa estudiantes, pero no lo somos, la mayoría que nos mira que salimos a tomar, ya piensan mal y nos tachan de eso”.

“Luchamos por algo que nos pertenece, que nos deben de dar”.

 

A Severino su familia lo apoya en todo momento y a pesar que sus padres no están familiarizados con la situación, siempre lo han ayudado a él y a sus hermanos, pese a la distancia, a la que Senorino, se acostumbró desde que cursaba la preparatoria.

 

“Yo sigo estudiando, creo que las cosas van muy bien, cada vez se está ganado un poquito más como dice el Abogado, por inconsistencias en el proceso y por no tener motivos suficientes la expulsión no es válida”.

 

Menciona en diferentes ocasiones que es injusto la expulsión por que “es justo pelear por el derecho a estudiar y así vamos a seguir por el luchando por más espacios de los que quieren estudiar”.

 

Durante esos dos meses, lo más difícil fue soportar agresiones violentas, que agresiones verbales, “pero eso no nos detiene y lo volvería hacer, sin duda”.