La Historia

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Morelia/Redacción

De pronto, el sueño de dos jóvenes uruapenses que fueron contratados para trabajar como traductores en la ciudad de Xhandong en China, se transformó en un infierno.

“Enganchados” por el organismo Zhirui Interaction Internacional Culture Exchang Co. Ltd, los michoacanos viajaron al continente asiático llenos de esperanza e intenciones de progreso, pero al paso de los días las condiciones de trabajo cambiaron y las humillaciones empezaron, y uno de ellos fue encarcelado, ante la indiferencia de la embajada mexicana que conoció del caso.

Fue en febrero de este año cuando los hermanos Diego y Alejandro Fernández Quintero de 19 y 25 años fueron contratados para ir a China, sin embargo a decir de sus familiares, lo ofertado no se relacionó con la realidad que vivieron, pues al paso de unas semanas representantes de la institución donde se desempeñaban los confinaron a dormir en una bodega, sin opción a obtener alimentos de manera accesible.

Al paso de casi dos meses –el 2 de abril- , se refiere que ambos salieron de la bodega y del plantel para ir en busca de comida y luego retornar, pero el vigilante de la escuela les impidió ingresar.

En ese momento, Diego, el menor de los jóvenes, discutió con el guardia quien al forcejear para impedirle el paso, cayó al piso. En ese momento, ambos se disculparon con la persona, pero un día después ambos fueron encarcelados por las autoridades chinas, quienes los trasladaron a Beijing.

De acuerdo con los reportes y al no acreditarse lesión alguna, los jóvenes uruapenses fueron liberados, pero al pasar de unos días, ambos fueron desalojados de la escuela donde laboraban y les decomisaron sus pertenencias.

Entonces, Diego Fernández nuevamente fue requerido, con una segunda denuncia del vigilante, y en la que la escuela exigía una indemnización de 2 millones 100 mil Renminbi, como se le nombra a la moneda china.
Familiares de los jóvenes contrataron una firma de abogados chinos para llevar el caso, pero estos solo los despojaron de unos 80 mil pesos mexicanos y dejaron a su suerte a Diego.
A decir de Yolanda Quintero, madre de los jóvenes michoacanos el consulado mexicano en China fue notificado del hecho, pero a pesar de las peticiones de intervención, “minimizaron el caso” y mostraron indiferencia ante el hecho.

Yolanda, sostiene que se enteró de la gira del mandatario por China y no dudo en demandar el apoyo a través del secretario de Gobierno de Michoacán